lunes, diciembre 04, 2006

Adormecidos

En Islandia la navidad está llegando lentamente, sin pausa. El día se acorta cada vez más, la oscuridad nos envuelve. Hace que nos volvamos introvertidos, mirando lo que hay en las profundidades de nuestro ser. Nos despierta el apetito de pasteles, de hacer fiestas, y comprar.
Extrañamos el frío cuando hace calor y al contrario. Queremos la nieve a toda costa para hacer muñecos y sacar el trineo, además, nos devuelve un poco de luz.
Es divertido salir a la calle y ver las cafeterías llenas y una cola de cochecitos de bebé aparcados en la entrada. A pesar de nuestro humor apagado queremos socializarnos más que nunca.
La comida principal se convierte en cereales cocidos en agua o leche con mucho azúcar y canela, las carnes ahumadas, la col en vinagre... Mi preferida sigue siendo el pastel de queso que hace Richard :-)
El elemento esencial de esta época del año es el abrigo de piel, luego los gorros y bufandas.
Como nos hartamos a comer dulces los gimnasios se llenan a rebosar, hay miles de actividades distintas.