lunes, julio 31, 2006

El gran interrogante

¿Cuál es el problema de mi generación de ciudadanos?
¿La excesiva preocupación por el físico o la excesiva preocupación por alcanzar la felicidad utópica?

Quizás estamos condenados por nuestro entorno a ser infelices, ya que siempre queremos lo que no tenemos y despreciamos lo nuestro. Es parecido al viejo cuento del triste pez que se mordisquea la cola, pero además está deprimido y padece transtornos mentales, y por si fuera poco, además hace poco le diagnosticaron un cáncer y está en tratamiento de quimioterapia.

Quizás deberíamos rebajar la felicidad de modo que pueda estar a nuestro alcance, así nunca podrá ser demasiado o demasiado poco o un "lo dejo para más tarde, no tengo tiempo ahora". Entonces puede que encaje imperfectamente en algún agujerito por allí dentro.

El "mass media" transforma la sociedad, crea las corrientes y modifica las ideas que algún día creímos que eran nuestras, pero como intuímos, no lo son.
Con lo cual la felicidad se ha convertido en una ruleta de la suerte. Cuando está de moda creer que la felicidad se consigue formando una familia indestructible e imperturbable, eso es la felicidad suprema y todo ser sobrehumano, humano o inhumano debe cumplirlo, sinó eres como "un moco pegao en la paré". Que está peor considerado que ser un asesino, un violador o un pobre mendigo.

Ahora por fin nos han convencido de que la homosexualidad no es sinónimo de ser un degenerado y por consiguiente ha pasado a su extremo opuesto. Aunque está moda no me incomoda, quizás porque no deja de ser una búsqueda del placer y su vecina, la felicidad.

Hace poco que me he dado cuenta que yo también estoy atrapada en esta enorme telaraña engañabobos, es parecida a los anuncios de teletienda de las fabulosas máquinas hiperadelgazantes, esas que te prometen un milagro que lo consigues ejercitando la máquina tres minutos díarios durante tres semanas y... te conviertes en una top model en un "plis plas".
Pues cada vez que veo uno de esos anuncios pienso, y si es verdad... luego me respondo a mi misma, el mundo estaría repleto de top models y no es así porque no es sano.

lunes, julio 17, 2006

Henri Cartier-Bresson

Hace dos años leí "Fotografiar del Natural" de Henri Cartier-Bresson (traducido por Núria Pujol i Valls) antes de asistir a una de sus exposiciones. Recuerdo que fué una experiéncia muy interesante, la verdad es que me fascina su persona y su obra.
Esta mañana estaba buscando un poco de inspiración mirando entre mis libros y entre las teorías psicoanalíticas de Freud, los tratados de Armonía, los de Historia del Arte, y El Universo en una Cáscara de Nuez, he encontrado este pequeño libro, y hoy ha sido el elegido. Así que a continuación escribiré algunos trocitos que me han gustado.

- "Fotografiar es retener la respiración cuando todas nuestras facultades se conjugan ante la realidad huidiza; es entonces cuando la captación de la imagen supone una gran alegría física e intelectual. Fotografiar, es poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo punto de mira."

- "[...]De todos los medios de expresión, la fotografía es el único que fija el instante preciso. Jugamos con cosas que desaparecen y que, una vez desaparecidas, es imposible revivir."

- "¿Cómo negar el tema? Se impone. Y puesto que hay temas tanto en lo que ocurre en el mundo como en nuestro universo personal, basta con ser lúcido respecto a lo que ocurre y ser honesto respecto a lo que uno siente. En definitiva, basta con situarse en relación a lo que se percibe."

- "Nunca he sentido pasión por la fotografía en si misma, sinó por la posibilidad de captar -olvidándome de mí mismo- en una fracción de segundo, la emoción que el tema desprende y la belleza de la forma. En otras palabras, una geometría desvelada por lo que se ofrece.
El disparo fotográfico es uno de mis cuadernos de esbozos." 8-2-94

Espero que lo disfrutéis, un abrazo.

domingo, julio 16, 2006

Callada música

Las notas encerradas rebotan elásticas, cambiantes.
La música insaciable muere y resucita, y muere y luego nace.
Aunque de momento nazca y muera encerrada existe la esperanza de desencarcelarlas.
Angustiada hago sonar mi violonchelo intentando liberarlas, pero no puedo, todavía.
Entonces dejo el arco y me paso al canto y sigo sin conseguir la libertad, después las notas se me enredan en la garganta y me asfixian, y mueren luego resucitan...