Las notas encerradas rebotan elásticas, cambiantes.
La música insaciable muere y resucita, y muere y luego nace.
Aunque de momento nazca y muera encerrada existe la esperanza de desencarcelarlas.
Angustiada hago sonar mi violonchelo intentando liberarlas, pero no puedo, todavía.
Entonces dejo el arco y me paso al canto y sigo sin conseguir la libertad, después las notas se me enredan en la garganta y me asfixian, y mueren luego resucitan...
domingo, julio 16, 2006
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