Mnmm... el otoño, que bonita estación. Siento que en este período algo termina dentro de mi. Cada año algo distinto. Como para hacer hueco a lo que queda por delante. Al ver las hojas como se secan y cambian de color hasta caerse y romperse y viajar con cada uno de nosotros, las arrastramos sin darnos cuenta, en el zapato, en el coche hasta dentro de casa. Un pequeño aviso de que nada es para siempre y de que todo muere y nace. Aún y así no me pongo triste, un poco nostálgica de ver que pasan los años y cada vez más rápido, tanto que siento que se me escurren entre los dedos.
Miento, si me pongo triste, a veces. Cuando quiero abrazar alguien que ya no existe o simplemente mantener una conversación y... tocar el cello...
A menudo me invaden miles de sentimientos nuevos nacidos de la mezcla de los antiguos.
Pero es increíble tener la oportunidad de vivir en Londres y ver la inmensidad de todo. La ciudad es bonita. Aunque a veces hecho de menos esto...
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