martes, junio 21, 2005

Buscando el sonido perfecto

Es la primera vez que escribo sobre mi futura profesión (o al menos lo intentaré), la música.
No puedo despegarme de ella, vaya donde vaya, haga lo que haga, mi mente es una radio loca que reproduce, mezcla y crea. A veces creo que me voy a volver loca, me siento impotente porque no puedo sacar a relucir todo lo que mi cabecita quiere.
Desde siempre y cada vez más creo que mi profesión tendrá que estar vinculada con el arte, y dentro de éste la música es el apartado que está más cerca, al que mi corazón y mi alma pertenecen. El violonchelo es mi prioridad y después viene el canto (no debe ser casualidad que el violonchelo sea el instrumento que más se parece a la voz humana).
Tengo que reconocer que tocar el violonchelo (razonablemente, claro) además de exigir un 100% de dedicación diaria, de tener una dificultad elevadísima, es un instrumento grato que te devuelve (solo a veces) toda la dedicación y entrega emocional que se le ha dedicado. Es difícil salir delante del escenario sabiendo que hay gente que no les va a gustar, pero incluso siendo lo más crueles posibles, quien da es el músico y quien recibe los oyentes.

Hace diez años empecé mis estudios, y aquí sigo, luchando día a día (cuando no me pongo enferma como ha sucedido estos últimos días...).
Estoy intentando hallar el sonido perfecto, puro, sin interferencias. Estoy intentando hallar el secreto de la misma naturaleza para reproducirlo. El carácter viene solo, con la experiencia de la vida. Quizás me lleve años conseguirlo, o puede ser que incluso nunca lo logre, pero merece la pena intentarlo ya que no está al alcance de todos.

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