Acciones anónimas

Esta mañana en el trabajo he tenido un día durísimo, he estado sola en la cocina y he tenido que preparar el desayuno y la comida. Solamente he hecho unos treinta y siete bocadillos y unas diez pastas de espinacas con ensalada. Lo peor a sido que en el desayuno han venido personas que estaban en una conferencia de diseño de otra escuela y nadie de la oficina de la universidad me lo comunicó (porque ellos piensan que es lo mismo hacer diez bocadillos que veinte...), y compraron la mayor parte de todo lo que había preparado, con lo cuál los clientes habituales no hubieran tenido suficiente comida si no hubiera sido porque me puse ha hacer más. Claro que teniendo que cocinar el pan en el horno (como en las panaderías de ahora que te dan el pan congelado semi-hecho y tu te encargas de acabarlo, ese tipo de pan que al final del día te queda como chicle pero en el momento está riquísimo...)las cosas se complican porque hay que tenerlo unos 25 minutos. Pero al final me he apañado.

Eran las doce y los alumnos del curso de diseño salieron de clase y se pusieron ha hacer fotografías de unas sillas metálicas que habían diseñado, una papelera con ruedas posaba satisfactoriamente detrás y nadie se molestó en apartarla. Hasta que lo ví y la aparté. Nadie se dio cuenta, pero cuando revelen las fotos lo agradecerán a no ser que la papelera que cada día posa en el mismo sitio fuera también objeto de su arte.

No se por qué pero esto me ha hecho pensar muchísimo, creo que estas pequeñas cosas anónimas nos ayudan a estar más unidos como seres humanos.