martes, enero 31, 2006

Miedos

Ayer al final de la clase de música sacra vino la directora de la escuela y nos propuso cantar en un concierto para la escuela en honor a Mozart el 22 de febrero. Yo me hice un poco la despistada (al no entender casi palabra del islandés) hasta que la directora me propuso cantar en el evento. En un ataque de sinceridad le conté que nunca había cantado sola en un concierto y tengo miedo a ello porque siento como si estuviera desnuda ante el público. Esta sensación se debe a que todos los conciertos que he hecho han sido con el violoncelo y con éste puedo refugiarme detrás de él mientras que con el canto solo estoy yo y mi voz delante del público.
Después de estar pensando en ello y afrontar el miedo he descubierto que en realidad es miedo a mi misma, siento vergüenza de mi misma. Evidentemente no se puede solucionar en dos días pero quizás ha llegado el momento de hacerlo, ¿Por qué no?
Todo lo que puede pasar es que me salga mal y se rían de mí, ¿y qué más da?. Pues el mayor miedo supongo que es decepcionarme a mí misma, ¿y qué? habrá otros para mejorar (o eso espero).

Aunque me resulte difícil he tomado la decisión que a partir de ahora voy a afrontar cara a cara mis miedos, y así a lo mejor a base de intentos los supero o al menos los pongo a dormir en una siesta eterna.

La acción suele ser más efectiva que la teorización, ya que es la prueba real de nuestros pensamientos e imaginaciones.
Lo más que nos puede pasar es que nos llevemos un chasco, y al fin y al cabo ¿qué es la vida sino una acumulación de chascos por superar?

1 comentario:

ZilC dijo...

Hace días que llevo en la cabeza comentar los post y hoy he encontrado el momento.

Miedo, eso es lo que hace que nos paralicemos, que no nos entreguemos, que suframos...

¿Qué hay cuando nos enfrentamos a los miedos? ¿Nosotros?